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Generación y consumo de energía: Los pilares fundamentales en la reducción de carbono

En la actualidad, las energías renovables son la primordial y urgente respuesta para alcanzar la meta del Acuerdo de París y cumplir con los compromisos mundiales respecto a la mitigación del cambio climático.

Se denomina Recursos Energéticos Distribuidos a un conjunto de dispositivos y tecnologías que permiten a los usuarios del sistema eléctrico generar, almacenar o administrar energía eléctrica para abastecer eficientemente sus necesidades.

La generación distribuida ha evolucionado en forma diferente en cada país. Todos coinciden, sin embargo, en que su desarrollo crece sosteniblemente. América Latina evidencia estar actualmente en auge, siendo un momento propicio para promover las inversiones e iniciativas que impulsen el desarrollo de la actividad junto con sus productos y servicios asociados.

A Diciembre de 2021, Generación SOLE identificó una capacidad instalada acumulada de 11,9 GW de generación distribuida en la región, implementada mediante más de un millón de sistemas, de los cuales un 98% corresponde a la tecnología solar fotovoltaica bajo la modalidad distribuida. Dicha capacidad representa más de un tercio (38%) del total de la tecnología solar fotovoltaica instalada en la región.

La jerarquía normativa para habilitar e implementar la actividad de generación distribuída difiere entre los mercados. Algunos de ellos establecen leyes y  otros, reglamentos técnicos, resoluciones, decretos u otros niveles de regulación. Respecto a los mecanismos de compensación, dos tercios de los mercados utilizan el modelo de “Medición Neta”, mientras que el tercio restante, la “Facturación Neta”.

Según la prospectiva de la Agencia Internacional de Energía (IEA), se espera que la incorporación de energías renovables en los próximos 5 años (2021-2026) alcance los 305 GW anuales, liderando la solar fotovoltaica con el 60% sobre el total de las tecnologías, y donde la generación distribuída participará aproximadamente con el 40% de capacidad fotovoltaica instalada. 

Sin embargo, el pronóstico de la IEA respecto a la incorporación de tecnología solar fotovoltaica en los próximos 5 años (2021-2026) deberá casi duplicarse para alancanzar el objetivo del Acuerdo de París y limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2 grados centígrados, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales. 

Las energías renovables dejaron de ser alternativas y pasaron a ser la opción principal y complementaria de las energías convencionales. 

Argentina tiene un gran potencial en materia de energías renovables. Los vientos de la Patagonia, las mediciones de radiación solar en la región del Noroeste Argentino, la región del Noreste Argentino y la región Núcleo (Pampa Húmeda) son propicias para el desarrollo de la biomasa.

Según el informe de Global Energy Monitor, organización sin fines de lucro basada en Estados Unidos que se encarga de monitorear el desarrollo de energía limpia, América Latina tiene los recursos necesarios para convertirse en líder del mercado global de energías renovables con un equivalente a mil millones de paneles solares en proyectos a gran escala que entrarán en funcionamiento hasta 2030.

Un ejemplo de estas energías se puede ver en Buenos Aires, en los techos del metrobús de 9 de Julio y en el Centro de Trasbordo de Retiro, donde hay más de 700 paneles solares que inyectan energía a la red eléctrica. Según los cálculos, dos estaciones generan 110.000 kW por año de energía que se inyecta directamente al sistema eléctrico de la ciudad, sumado a que la instalación evita la emisión de 44 toneladas anuales de CO2.

Esto demuestra que las energías renovables dejaron de ser alternativas y pasaron a ser la opción principal y complementaria de las energías convencionales. Tienen muchas ventajas ya que reducen la emisión de carbono, ayudan a reducir el consumo de combustibles, son más baratas que las energías fósiles, generan empleo y desarrollo de proveedores nacionales. Además, permiten una planificación a largo plazo, las energías renovables seguirán creciendo y son inevitables. 

Otro factor que suma en la propuesta de disminuir el consumo de energía y, por consiguiente, disminuir la emisión de CO2 en las ciudades es la industria del alumbrado público, un factor relevante para sacarle el máximo beneficio a este tipo de energías. Se obervó que el intercambio de luminaria LED permite reducir hasta un 50 % las emisiones de carbono, contribuyen a un uso más eficiente de energía, y poseen mayor vida útil con una gran resistencia a las inclemencias del tiempo como el viento, lluvia y granizo.

Fuente: www.gerencia-ambiental.com

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